El resultado de una votación en línea se dará a conocer el lunes durante una junta extraordinaria de accionistas transmitida por Internet debido al coronavirus, y los inversores de la británica Unilever Plc deberán votar el 12 de octubre. Si ambas partes lo aprueban, Unilever espera unificarse el 22 de noviembre.

El fabricante del jabón Dove, el detergente Surf y el helado Ben & Jerry's ha argumentado que la doble estructura nacional obstaculiza su capacidad para realizar adquisiciones y cesiones con rapidez, como la venta prevista de su negocio de té por valor de tres mil millones de euros.

"Mi opinión es que [la votación] se aprobará y dará a Unilever una estructura organizativa más sencilla, lo que facilitará la realización de acciones de gestión eficaces", dijo Steve Clayton, gestor de fondos británicos de la gama Hargreaves Lansdown Select Fund, cuyo fondo UK Income tiene una ponderación del 6,2% en Unilever.

Unilever comenzó su impulso de reestructuración bajo la gestión anterior después de un enfoque fallido de adquisición de 143 mil millones de dólares por parte de Kraft Heinz en febrero de 2017.

Las consideraciones fiscales y políticas frustraron su primer intento de unificación en Rotterdam en 2018, con la preocupación por un impuesto holandés del 15% sobre los dividendos y la venta forzada por parte de algunos accionistas del Reino Unido una vez que Unilever salió del FTSE 100 británico.

Ahora, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea da algo de urgencia adicional, ya que un retraso más allá de este año podría significar que el matrimonio de las dos ramas de la compañía podría enfrentarse a un escrutinio adicional de los reguladores de la UE y británicos como una fusión transfronteriza.

"Estamos definitivamente a favor de la reunificación. La situación se ha prolongado demasiado y ha supuesto una distracción innecesaria", dijo Freddie Lait, director de inversiones de Latitude Investment management. "Tiene todo el sentido del mundo (...) y no debería ser polémico".

Glass Lewis, un grupo independiente de asesoramiento sobre acciones, recomienda votar a favor de la unificación.

El gobierno británico también ha aplaudido el plan. Los políticos holandeses son menos entusiastas.

En 2018, el primer ministro Mark Rutte intentó sin éxito eliminar el impuesto del 15% sobre los dividendos. El recorte pretendía mantener a Unilever y Royal Dutch Shell en Holanda, pero se convirtió en un regalo para los ricos inversores extranjeros.

Los políticos holandeses tampoco quieren que su país deje de recaudar unos 300 millones de euros (355 millones de dólares) de impuestos anuales de Unilever, lo que ha llevado a un partido de la oposición a proponer un "impuesto de salida".

Unilever dice que esa idea viola la legislación europea, pero si se promulga como se propone, le costaría a la empresa 11.000 millones de euros, lo suficiente como para descarrilar la unificación una vez más.

"Si no ocurre, los últimos cien años, más o menos, sugieren que Unilever seguirá prosperando, en todo el mundo", dijo Clayton, de Hargreaves Lansdown.