Crece la presión sobre el fondo noruego de riqueza de 1,6 billones de dólares para que considere las condiciones en las que invierte en Israel debido a la guerra en Gaza, con varias organizaciones no gubernamentales y parlamentarios pidiendo el martes una desinversión total.

El organismo de control ético del fondo ya está investigando si las empresas israelíes en las que tiene acciones quedan fuera de sus directrices de inversión permitidas debido a la guerra. Sin embargo, los críticos afirman que esto no va lo suficientemente lejos porque las recomendaciones del fondo pueden tardar meses, si no años, en materializarse.

Las universidades y los gestores de fondos de todo el mundo se han visto presionados para desinvertir debido al conflicto entre Israel y Hamás, que se acerca ya al final de su séptimo mes.

Esto se extiende al mayor fondo soberano del mundo, que mantenía inversiones por valor de 15.000 millones de coronas (1.360 millones de dólares) en 76 empresas de Israel a finales de 2023, según muestran los datos del fondo, incluidas inmobiliarias, bancarias, energéticas y de telecomunicaciones.

Representaban el 0,1% de las inversiones globales del fondo.

"La economía israelí depende de las inversiones internacionales y del apoyo de Estados Unidos... por lo que debemos desinvertir en la economía israelí para detener el genocidio en curso", declaró a Reuters Line Khateeb, dirigente del Comité Palestino en Noruega, una organización no gubernamental.

Israel rechaza la acusación de que su operación militar sea una campaña de genocidio dirigida por el Estado contra los palestinos. Afirma que actúa para defenderse y que está luchando contra el grupo militante Hamás.

Khateeb hablaba fuera del parlamento noruego el día en que su comité de finanzas celebró una audiencia sobre las actividades del fondo durante el año pasado. Detrás de Khateeb, una veintena de activistas propalestinos, algunos con una pancarta que decía "¡Desinvierte ya!"

Dentro del edificio, la legisladora de izquierdas Kari Elisabeth Kaski preguntó al ministro de Finanzas y a los responsables del fondo por qué no habían endurecido sus directrices éticas dada la guerra en Gaza.

Kaski quiere que el parlamento imponga sanciones a Israel y ordene al fondo que se desprenda completamente de las empresas israelíes.

La directora del banco central noruego, Ida Wolden Bache, dijo que las directrices éticas existentes habían sido revisadas a fondo y contaban con un amplio consenso político.

El fondo opera bajo normas éticas establecidas por el parlamento, y a lo largo de los años ha desinvertido en nueve empresas, todas israelíes, por sus actividades en los territorios palestinos ocupados. (1$ = 11,0213 coronas noruegas) (Reportaje de Gwladys Fouche; Edición de Alexander Smith)