Los bancos centrales de todo el mundo han subido los tipos de interés para domar unos niveles de inflación no vistos desde hace al menos 30 años y, aunque la política más restrictiva está empezando a surtir efecto y el crecimiento se está ralentizando, su trabajo aún no se considera hecho.

En Suecia, la inflación se ralentizó en mayo, pero las presiones subyacentes sobre los precios siguieron siendo fuertes, y los economistas que participaron en la encuesta fueron unánimes en ver una subida al 3,75% desde el 3,50% actual cuando el Riksbank anuncie su decisión el jueves.

"Una corona débil, una inflación alta pero a la baja y la preocupación por la estabilidad financiera crean una situación complicada para el Riksbank antes del anuncio de los tipos de interés", dijo SEB en una nota.

"Vemos como más probable una subida final de 25 puntos en la reunión de junio, combinada con una decisión sobre una venta más rápida de las tenencias de bonos del Riksbank".

En su última reunión de abril, el Riksbank endureció la política en 50 puntos básicos y dijo que probablemente subiría otro cuarto de punto porcentual en una de las reuniones de junio o septiembre.

Las opiniones sobre lo que hará el Riksbank después de la próxima semana son divergentes.

La mediana de las previsiones de la encuesta es que el tipo de interés oficial alcance un máximo del 3,75%, pero es posible un resultado más alto y algunos analistas ven que el tipo de interés oficial alcanzará el 4,25% a finales de año.

El Riksbank se enfrenta a un dilema. La inflación general fue del 7,6% en mayo, muy por encima del objetivo del 2% del Riksbank, y justificaría más subidas de intereses. Sin embargo, los hogares suecos son de los más endeudados de Europa y los economistas han advertido que unas subidas de tipos demasiado pronunciadas corren el riesgo de arruinar la economía.

La debilidad de la corona sueca también está dificultando la labor del Riksbank en la lucha contra la inflación.

El Banco Central Europeo elevó su tipo de interés oficial al 3,5% en junio, el nivel más alto en 22 años, e indicó que seguiría subiendo los tipos, lo que añade presión al Riksbank para que al menos iguale ese nivel.

La previsión mediana de la encuesta mostraba que el Riksbank empezaría a recortar los tipos a principios del próximo año.