El ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, dijo que si el 40% o más del gasto de las pequeñas y medianas empresas (PYME) se destinaba a investigación y desarrollo (I+D) y aún no eran rentables, podrían solicitar un crédito de 27 libras (33 dólares) por cada 100.

El anuncio fue acogido con considerable alivio por los pequeños desarrolladores de medicamentos, que pueden tardar años, normalmente gastando millones, antes de ver un medicamento llegar al mercado.

El nuevo plan de créditos contribuye en gran medida a calmar la inquietud que suscitó la reducción de algunas desgravaciones fiscales a la I+D para las PYME anunciada el pasado mes de octubre, afirmó Kevin Pojasek, director general de Enara Bio, con sede en Oxford.

También debería animar a los inversores, que verán más valor por su dinero.

"El Gobierno estaba diciendo básicamente 'nos preocupamos por las ciencias de la vida' pero retirando una de las mayores palancas que teníamos para atraer la inversión", dijo Iain McGill, director general de Quell Therapeutics, con sede en Londres, refiriéndose a los cambios del año pasado.

"Así que este regreso... es un verdadero salvavidas".

En el sector británico de las ciencias de la vida hay unas 6.548 empresas, de las que entre el 70% y el 80% son PYME, según datos del gobierno.

UN SECTOR BAJO PRESIÓN

El diablo estará en los detalles, como si el plan exige que las PYME no hayan obtenido beneficios durante un año o durante más tiempo, advirtió Hugo Fry, director general de RQ Biotechnology, con sede en Londres.

Pero parece ser un sistema tan bueno, si no mejor, que el que había antes, dijo.

Permitiría a su empresa comprar más equipos, emplear a un par de científicos más y pagar hasta cinco meses adicionales de investigación, añadió.

El sector británico de las ciencias de la vida ha estado bajo presión.

Estaba muy expuesto al ahora colapsado Silicon Valley Bank, pero la crisis del sector se evitó por los pelos gracias a que el HSBC compró el lunes la problemática rama británica del banco.

Y aunque el Reino Unido cuenta con centros de investigación científica de renombre, lleva mucho tiempo luchando por atraer el nivel de financiación que tienen los centros biotecnológicos estadounidenses de Boston y San Francisco.

"¿Hemos alcanzado las cotas de Massachusetts? No, no lo hemos hecho. Pero esto (el presupuesto) va a ayudar", dijo Fry, de RQ Bio.

Otro punto brillante del presupuesto fueron los 10 millones de libras en financiación extra para el regulador de fármacos del Reino Unido, la MHRA, durante los próximos dos años para acelerar el proceso de aprobación.

Sin embargo, el despliegue de los fármacos en el país depende del organismo de control NICE, que determina si el beneficio de los medicamentos merece su coste, destacaron los ejecutivos.

Una preocupación clave ha sido también el fuerte aumento del llamado "impuesto de devolución" sobre los medicamentos de marca.

El impuesto, diseñado para hacer más asequibles los medicamentos de marca, pone un tope a los aumentos anuales del gasto farmacéutico del Servicio Nacional de Salud (SNS), pero si se supera ese límite el gobierno recupera el exceso de los proveedores.

La tasa de devolución pasó del 5% en 2019 al 26,5% este año. Ese problema aún debe resolverse, según los ejecutivos.

(1 dólar = 0,8276 libras)