Por Nidal al-Mughrabi

EL CAIRO/DOHA (Reuters) -Las perspectivas de un alto el fuego en Gaza parecían escasas el domingo, ya que Hamás reiteró su exigencia de poner fin a la guerra a cambio de la liberación de rehenes, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lo descartó de plano.

Las dos partes se culparon mutuamente del estancamiento y la delegación de Hamás dijo que abandonará las conversaciones en El Cairo el domingo por la noche para consultar con sus dirigentes. Sin embargo, tenían previsto regresar a la capital egipcia el martes, según dos fuentes de seguridad egipcias.

En su segundo día de conversaciones con mediadores egipcios y qataríes, los negociadores de Hamás mantuvieron su postura de que cualquier acuerdo de tregua debe poner fin a la guerra, dijeron funcionarios palestinos.

Funcionarios israelíes no viajaron a El Cairo para participar en la diplomacia indirecta, pero el domingo Netanyahu reiteró el objetivo de Israel desde el inicio de la guerra hace casi siete meses: desarmar y desmantelar de forma definitiva el movimiento islamista palestino Hamás para evitar poner en peligro la seguridad futura de Israel.

El primer ministro dijo que Israel está dispuesto a detener los combates en Gaza para garantizar la liberación de los rehenes que Hamás aún retiene, que se cree que son más de 130.

"Pero mientras Israel ha mostrado su disposición, Hamás sigue atrincherado en sus posiciones extremas, la primera de ellas la exigencia de retirar todas nuestras fuerzas de la Franja de Gaza, poner fin a la guerra y dejar a Hamás en el poder", dijo Netanyahu. "Israel no puede aceptar eso".

Un funcionario informado sobre las conversaciones dijo a Reuters: "La última ronda de mediación en El Cairo está a punto de fracasar".

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo que Hamás no parece tomarse en serio la posibilidad de alcanzar una tregua.

"Estamos observando señales preocupantes de que Hamás no tiene intención de llegar a un acuerdo con nosotros", indicó. "Esto significa que en un futuro muy próximo comenzarán fuertes acciones militares en Rafah, y en el resto de la Franja".

En una declaración hecha pública poco después, el jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, afirmó que el grupo sigue interesado en alcanzar un alto el fuego general que ponga fin a la "agresión" israelí, garantice la retirada de Israel de Gaza y logre un acuerdo "serio" para liberar a los rehenes a cambio de la liberación de presos palestinos.

Haniyeh culpó a Netanyahu de "la continuación de la agresión y la ampliación del círculo del conflicto, y de sabotear los esfuerzos realizados a través de los mediadores y las distintas partes".

Qatar, donde Hamás tiene una oficina política, y Egipto están intentando mediar para reeditar el breve alto el fuego de noviembre, en medio de la consternación internacional por el creciente número de muertos en Gaza y la difícil situación de sus 2,3 millones de habitantes.

La guerra comenzó después de que Hamás sorprendiera a Israel con un ataque transfronterizo el 7 de octubre en el que murieron 1.200 personas y se tomaron 252 rehenes, según los recuentos israelíes.

Más de 34.600 palestinos han muerto, 29 de ellos en las últimas 24 horas, y más de 77.000 han resultado heridos en el asalto israelí, según el Ministerio de Salud de Gaza. Los bombardeos han devastado gran parte del enclave costero y provocado una crisis humanitaria.

ASALTO A RAFAH

Israel lleva meses advirtiendo de que planea enviar tropas a Rafah, la ciudad meridional fronteriza con Egipto donde se han refugiado más de un millón de gazatíes desplazados. Israel cree que miles de combatientes de Hamás están escondidos en la ciudad, junto con posibles decenas de rehenes.

Una incursión pondría en peligro cientos de miles de vidas y supondría un duro golpe para las operaciones de ayuda en todo el enclave, declaró el viernes la oficina humanitaria de la ONU. Residentes y funcionarios sanitarios de Gaza dijeron que aviones y tanques israelíes siguieron bombardeando zonas del enclave durante la noche, matando e hiriendo a varias personas.

El brazo armado de Hamás reivindicó la autoría de un ataque perpetrado el domingo contra el paso fronterizo de Kerem Shalom, entre Israel y Gaza, que, según medios israelíes y palestinos, causó víctimas israelíes.

Washington -que, al igual que otras potencias occidentales e Israel, considera a Hamás un grupo terrorista- ha instado al grupo palestino a llegar a un acuerdo.

El director de la CIA, William Burns, que se encontraba en El Cairo, viajará a Doha para mantener una reunión de emergencia con el primer ministro qatarí, según informó a última hora del domingo un funcionario informado de las conversaciones.

"Burns se dirige a Doha para celebrar una reunión de emergencia con el primer ministro qatarí destinada a ejercer la máxima presión sobre Israel y Hamás para que sigan negociando", añadió la fuente.

Aunque las dos partes siguen estancadas en la cuestión del fin de la guerra, Israel dio un visto bueno preliminar a unas condiciones que, según una fuente, incluyen la devolución de entre 20 y 33 rehenes a cambio de cientos de prisioneros palestinos y una tregua de varias semanas.

De este modo quedarían unos 100 rehenes en Gaza, algunos de los cuales, según Israel, han muerto en cautiverio. La fuente, que pidió no ser identificada por su nombre o nacionalidad, dijo a Reuters que su regreso podría requerir un acuerdo adicional.

(Editado en español por Carlos Serrano)