KFC Malasia ha cerrado temporalmente puntos de venta en el país, alegando unas condiciones económicas desafiantes, después de que los medios de comunicación locales informaran de que los cierres se debían a boicots por los vínculos percibidos de la cadena de comida rápida con Israel.

Malasia, un país de mayoría musulmana, es un firme defensor de los palestinos, y algunas marcas occidentales de comida rápida en el país, como en algunas otras naciones musulmanas, han sido blanco de campañas de boicot por la ofensiva militar de Israel en Gaza.

QSR Brands (M) Holdings Bhd, que explota franquicias de KFC y Pizza Hut en Malasia, declaró que había cerrado temporalmente los establecimientos de KFC "en respuesta a las difíciles condiciones económicas".

"QSR Brands y KFC Malasia han tomado medidas proactivas para cerrar temporalmente los puntos de venta como medio para gestionar los crecientes costes del negocio y centrarse en las zonas comerciales de alto compromiso", afirmó en un comunicado a última hora del lunes. La declaración no se refirió a los informes de los medios de comunicación.

No especificó cuántas tiendas se vieron afectadas, pero los medios de comunicación locales informaron de que más de 100 establecimientos fueron cerrados temporalmente.

A los empleados de las tiendas afectadas se les ofreció la oportunidad de reubicarse en puntos de venta situados en zonas con mayor afluencia de clientes, dijo QSR Brands. (Reportaje de Danial Azhar. Edición de Gerry Doyle)