Propanc Biopharma, Inc. ha anunciado que el principal candidato a producto de la empresa, el PRP, podría potenciar los efectos de terapias novedosas como los inhibidores de puntos de control inmunitarios que pueden tener un papel en el tratamiento del cáncer de páncreas. El director científico y cofundador, el Dr. Julian Kenyon MD, MB, ChB, predice que las terapias pueden mejorar la respuesta inmunitaria del paciente para luchar contra los tumores sólidos al permitir la detección de células tumorales específicas dentro del cuerpo que antes no se detectaban. Por ejemplo, el adenocarcinoma ductal pancreático (ADP), que antes se consideraba un cáncer no inmunogénico, se ha identificado con redes inmunitarias reguladas y expresión de moléculas de puntos de control inmunitarios en su microambiente tumoral y ahora se redefine como un cáncer inmunogénico, según la revista World Journal of Gastroenterology, del 21 de noviembre de 2016.

El CAP es una neoplasia maligna muy agresiva, caracterizada por el retraso en el diagnóstico y la resistencia al tratamiento. En el momento de la detección clínica, la mayoría de los cánceres de CAP están avanzados localmente o son metastásicos, es decir, no son aptos para la resección quirúrgica y su supervivencia típica a cinco años es de un solo dígito. Una de las razones del escaso efecto del tratamiento es la capacidad del CAP para evadir la vigilancia inmunológica del huésped.

El microentorno tumoral del CAP está compuesto por un estroma fibrótico denso de componentes de la matriz extracelular (fuera de las células) y una variedad de células inflamatorias. Recientemente se ha informado de que la PRP tiene un impacto significativo en el microambiente tumoral, ya que inhibe, ralentiza o revierte el desarrollo del tumor actuando como agente antitumoral, disminuyendo la proliferación de las células tumorales, desarrollando un fenotipo no maligno (características observables) y promoviendo la adhesión celular (pegándose unas a otras) y la diferenciación (especialización celular en lugar de células madre). Para conseguirlo, la PRP se dirige a vías específicas como el TGFß, crítico para el desarrollo de tumores y la prevención del inmunoreconocimiento por parte del propio sistema inmunitario del organismo.

Además, numerosas vías afectadas aguas abajo también se ven afectadas por la alteración de la superficie del tumor, que suele ser resistente a los reguladores inmunitarios debido a la impenetrabilidad de las paredes del tumor. El PRP es una mezcla de dos proenzimas, el tripsinógeno y el quimotripsinógeno del páncreas bovino, que se administra por inyección intravenosa. Una proporción sinérgica de 1:6 inhibe el crecimiento de la mayoría de las células tumorales.

Algunos ejemplos son los cánceres de riñón, ovario, mama, cerebro, próstata, colorrectal, pulmón, hígado, útero y piel.