Por Serena Ng en Singapur y Alexander Gladstone en Nueva York 
   THE WALL STREET JOURNAL 
 

Los inversores mundiales que poseen bonos denominados en dólares de China Evergrande Group siguen sin noticias sobre si el gigante inmobiliario podrá pagar unos importantes intereses, una gran prueba sobre la capacidad de la endeudada compañía de evitar el impago.

Evergrande tenía que responder al pago de un cupón de US$83,5 millones el 23 de septiembre de bonos por valor de US$2.030 millones, pero el jueves por la tarde, los bonistas no habían recibido el dinero, según fuentes familiarizadas con la situación.

La compañía podría hacer los pagos con retraso y tiene un periodo de gracia de 30 días antes de que los bonistas puedan hablar de impago. Si no realiza el pago, se sentarían las bases para la que sería la mayor suspensión de pagos de bonos en dólares de una empresa en Asia de la historia.

El fin del plazo de pago del jueves se convirtió en punto focal para los inversores mundiales después de que la liquidez de Evergrande empeorara drásticamente durante el verano, lo que obligó a parar las obras de algunas promociones de pisos y provocó fuertes descensos de las ventas. En junio, la compañía había hecho hincapié en que nunca había incumplido el pago de un bono desde su fundación en 1996.

El miércoles, el principal negocio inmobiliario de Evergrande en China continental dijo que había negociado en privado con bonistas nacionales para el pago de otro cupón de un bono denominado en yuanes. La promotora no aclaró si dicho pago, equivalente a unos US$35,9 millones, se realizaría en efectivo o con otros activos. La acción de Evergrande ampliaba sus caídas recientemente en Hong Kong, donde se dejaba un 11% a 2,38 dólares hongkoneses y en lo que va de año ha perdido más del 82%.

Las autoridades chinas han pedido a las administraciones locales que se preparen para las potenciales repercusiones sociales y económicas de la quiebra de Evergrande, según informó el jueves The Wall Street Journal, lo que pone de manifiesto que el Estado es reacio a rescatar a la endeudada promotora inmobiliaria pero quiere evitar una caída desordenada, que podría provocar inestabilidad social o graves problemas para el ciudadano de a pie, que podría verse afectado por la disolución de la empresa.

Con sede en Shenzhen, Evergrande es la promotora inmobiliaria más endeudada del mundo y el mayor emisor chino de deuda basura, con unos US$19.000 millones en bonos en dólares cotizados pendientes. Los precios de algunos de estos bonos se habían desplomado previamente a unos US$0,25 por dólar debido al pesimismo extremo sobre la capacidad de Evergrande de pagar sus deudas.

"Se trata de una quiebra controlada y dirigida que no tomó por sorpresa ni a las autoridades ni a los inversores", indicó Thu Ha Chow, estratega sénior de crédito y gestor de carteras en Loomis Sayles en Singapur. "No es algo como lo de Lehman, pero el mercado estará atento a cualquier consecuencia imprevista que pudiera darse".

Los problemas de Evergrande han atraído la atención de los participantes en el mercado de todo el mundo por la posición excesiva de la promotora en los mercados de crédito de Asia y por el sobrecalentado mercado inmobiliario chino.

Hace 13 años, cuando la firma de Wall Street Lehman Brothers Holdings Inc no logró un rescate estatal en Estados Unidos y declaró el impago de sus deudas, las repercusiones de eso sacudieron a las bolsas mundiales y los mercados de bonos y capital y una serie de activos vieron desplomarse sus precios. Esta vez, los inversores mundiales han tenido meses para prepararse para la caída de Evergrande. Los precios de las acciones y los bonos del grupo comenzaron a bajar en verano, cuando los grandes descuentos en los precios de los apartamentos de la compañía hicieron temer que necesitaba conseguir efectivo con el que pagar los intereses de sus deudas y otros gastos.

Recientemente, Evergrande era la mayor promotora inmobiliaria de China por ventas cerradas, de las que en 2020 dijo que ascendieron a US$111.900 millones.

Muchos compradores de sus pisos realizaron grandes adelantos de efectivo o incluso pagaron el precio total de unas viviendas cuyas llaves no se les entregarían hasta dentro de unos años. Evergrande ha vendido sobre plano más de 1,4 millones de pisos valorados en US$200.000 millones que están aún si acabar, según estimaciones de la firma de análisis Capital Economics.

La compañía no aclaró el jueves cómo planea resolver sus gigantescos pasivos, que ascendían a US$304.000 millones a finales de junio, de los cuales US$88.000 millones corresponden al pago de deuda con intereses. El grupo debe grandes sumas de dinero a proveedores de los materiales de construcción y contratistas que estaban levantando sus bloques de apartamentos y recientemente, cuando se quedó sin efectivo, optó por pagar a algunos de ellos con pisos sin terminar.

Los bancos que prestaron dinero a Evergrande y los inversores que compraron sus títulos podrían incurrir en algunas pérdidas, pero muchos participantes en el mercado creen que una reestructuración liderada por el Estado impedirá el colapso de la compañía y protegerá los intereses de los compradores de viviendas y sus proveedores.

Will Malcolm, gestor de carteras de mercados emergentes y títulos en Asia-Pacífico de Aviva Investors en Singapur, cree que Evergrande es demasiado importante sistémicamente como para que Pekín permita que implosione.

"Hay una gran agenda social aquí", señaló. "La principal preocupación es que las propiedades de Evergrande se construyan y se proteja a los compradores. Y no se construirán a menos que se sane a los proveedores".

--Gregory Zuckerman en Nueva York contribuyó a este artículo

-Escriba a Serena Ng a serena.ng@wsj.com y Alexander Gladstone a alexander.gladstone@wsj.com

Versión española de María Vega Paúl maria.vega@dowjones.com y María Elsa González maria.gonzalez@dowjones.com

Editado por MEG y MVP

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September 24, 2021 02:53 ET (06:53 GMT)